Muchas veces, el tratamiento de radioterapia es el último de una larga secuencia por lo que, en el momento del alta, al finalizar el tratamiento muchos pacientes se hacen la pregunta de si pueden irse de vacaciones. Para todos es fundamental descansar, relajarse y desconectar, pero para un paciente oncológico puede ser importantísimo después de un tratamiento. Vamos a planificar nuestras merecidas vacaciones.
Recomendaciones básicas antes de decidir el destino
Debes tener en cuenta tu estado físico y adaptar tu destino a las necesidades y cuidados de tus tratamientos. Por ejemplo, no conduzcas distancias largas, sino más bien busca otro medio de transporte o que sea otra persona quién conduzca.
En el avión tal vez te puedas marear en las maniobras de despegue y aterrizaje, pero puedes tomar algo para el mareo, ya que una vez que el avión se estabiliza en vuelo o llegas a tierra, esta sensación desaparece. Lo mismo se aplica para otros medios de transporte. En el bus no escojas trayectos demasiado largos, y en el tren quizás te ayude no leer y descansar lo más posible durante el viaje.
Vamos a hacer las maletas
Elige ropa cómoda, tanto en el invierno como en el verano, y en tus enseres de higiene, incluye tus lociones de radioterapia si fuera el caso.
Importante: una copia de tu informe de alta y tu medicación de soporte son indispensables, ya que en caso de necesitar asistir a un centro sanitario es muy importante que quienes te atiendan tengan un acceso rápido y concreto a tu historial y proceso. Por desgracia no existe una red informatizada que conecte los centros sanitarios. Es algo complejo y ya se trabaja sobre ello, pero aún queda mucho camino. Además, tu destino puede ser otro país, por lo que es más seguro que seas tú el portador de esta información.
¿Cuál es el mejor destino?
Playa, piscina, montaña o incluso balneario. A veces no tienes claro el destino más adecuado para ti o incluso no te sientes animado o animada a hacer las maletas, y es tu familia la que insiste en viajar para descansar. Cualquier destino es bueno…incluso ninguno, porque hay personas muy felices cuidando de su huerto, de su jardín o de sus animales, y no necesariamente hay que viajar.
Buscar un destino solo depende de ti. Date un tiempo para pensar en ello y decide lo que realmente te apetece hacer, te gusta o te quieras permitir.
Recomendaciones si viajas a la playa



Te acompañará siempre tu sombrilla y el protector solar. En general no debes exponerte al sol, pero el aire también quema, así que además de resguardar siempre la zona irradiada si es que has hecho radioterapia, y el protector solar para el resto del cuerpo que no haya sido irradiado. Mantente por tanto a la sombra. El “chiringuito” también cuenta como sombra. Así que date una alegría además de refrescarte y mantenerte hidratado. Como ya sabes, no te conviene beber alcohol, pero hay muchas alternativas que te permitirán disfrutar del “momento chiringuito”. Es un momento para charlar, jugar a las cartas, al dominó, compartir una buena y apetitosa comida, brindar por “estar” …y en suma, dejar atrás o a un lado el hospital, los tratamientos y la luz blanca.
Bañarte por supuesto es indispensable para refrescarte y por si no oíste el audio sobre los cuidados de la piel en personas irradiadas, te recuerdo que debes mantener la zona irradiada siempre seca y en cuanto puedas aplicar tu loción hidratante.
Cómo ya hemos hablado, no es aconsejable exponerse al sol, pero éste no es nuestro enemigo ya que los rayos del sol ayudan a sintetizar la vitamina D que contribuye al proceso de formación de hueso, ideal por tanto para la osteoporosis. Así que ¿qué te parece un paseo por la orilla del mar tempranito por la mañana o a última hora de la tarde? O mejor, en ambos momentos. Además estos paseos contribuyen a mejorar la circulación ya que la superficie irregular y rugosa de la arena favorece el flujo sanguíneo. También está demostrado que el gasto energético es mayor que si caminases la misma distancia por una superficie plana. Así que, si tenemos algunos “gramillos” de más, es un ejercicio muy saludable. En definitiva, todo contribuye a tu relajación y bienestar.
Recomendaciones si viajas a un destino rural o a la montaña



Si optamos por un destino rural o la montaña tenemos también muchas ventajas. Los paseos en la naturaleza te ayudarán a relajarte y a respirar un aire más puro y saludable. Es deseable que no te marques metas en distancias o tiempos. Tan sólo disfruta, relájate, descansa.
Si es verano puedes disfrutar de las piscinas naturales y sus aguas casi puras, con las mismas recomendaciones que el baño en el mar. Además, si la zona no está muy saturada o no es temporada alta y por tanto no hay mucho jaleo, puedes aprovechar para regular tu ciclo de sueño, que frecuentemente se ve alterado durante los tratamientos y los ingresos hospitalarios. Así, medidas sencillas como regular el horario para irte a dormir, tomar una ducha para que la piel esté limpia y seca, no tomar estimulantes como la cafeína a partir de las 4 o las 5 de tarde, cenar al menos 2 horas antes de irte a dormir y mantenerte alejado del ruido que no sea el de la naturaleza, pueden ayudarte a recuperar la normalidad, relajarte y beneficiarte entonces de un sueño reparador.
Por supuesto, gracias a la amplia gastronomía de nuestro país podrás disfrutar de platos típicos ricos en verduras y frutas que pueden ser muy apetecibles y saludables (te recomiendo también que escuches el podcast sobre alimentación y cáncer). A veces los tratamientos como algunos tipos de quimioterapia y la radioterapia sobre la zona de cabeza y cuello pueden provocar un efecto no deseado que es la alteración del gusto. Se llama Disgeusia y supone alteraciones del sabor de los alimentos. Después de la radioterapia puede durar hasta 4 meses. No hay medidas farmacológicas eficaces, pero pueden ser de mucha ayuda para sentirnos mejor las recomendaciones nutricionales del American Institute for Cancer Research (AICR) como por ejemplo:
- Añadir condimentos a los alimentos como hierbas aromáticas y marinar la carne para modificar su sabor.
- Consumir alimentos con sabores suaves como pollo, pavo, huevos o tofu, que además son ricos en proteínas.
- Consumir comidas frías o a temperatura ambiente. Si los ingredientes te gustan y te sientan bien, son buenas opciones el gazpacho, el salmorejo, o cremas como la Vichyssoise.
- Chupar caramelos sin azúcar para estimular la producción de saliva.
- Reducir el consumo de alimentos con sabor metálico o amargo como el café, el chocolate o las carnes rojas.
¿Y si viajas a un balneario?
La hidrología médica era una asignatura dentro de los planes de estudio de las facultades de medicina para el conocimiento de las aguas mineromedicinales y sus propiedades terapéuticas específicas. Fue a partir de mediados del siglo pasado con el desarrollo de la farmacología y la extensión de la industria farmacéutica cuando desaparecieron de las facultades y el uso terapéutico de estas aguas quedó relegado a un segundo plano. Esto hace que los médicos españoles tengamos poco o ningún conocimiento sobre la cultura termal, a pesar de la enorme riqueza termal de España. No obstante, y afortunadamente diría yo, algunas facultades de medicina como la de Santiago de Compostela, siendo Galicia una zona geográfica especialmente rica en este recurso, han intentado recuperar esta disciplina.
El uso de aguas mineromedicinales puede ser considerado una terapia complementaria que contribuya a mejorar tu salud, tu calidad de vida y tus cuidados, en este caso después de los tratamientos. Además el entorno de estos lugares te puede proporcionar un ambiente muy adecuado para tu descanso, tu régimen de vida, alimentación, ejercicio físico y, en suma, promoción de tu salud, por lo que constituyen cada vez más un destino muy apetecible.
Una vez más recordarte la importancia de llevar contigo la copia de tu informe médico y tu medicación para que los profesionales que te atiendan en estos lugares puedan conocer de primera mano tus necesidades y proporcionarte así los cuidados apropiados.
Otras alternativas
Al principio de nuestro encuentro yo te hablaba de no elegir ningún destino. Me refería al hecho de que, a veces, no puedes irte lejos de tu entorno, ya sea por necesidades familiares o profesionales. También porque existan dificultades económicas, algo que por desgracia ocurre más frecuentemente de lo que debiera ya que a la dificultad de superar la enfermedad hay que añadir en algunos casos la pérdida del empleo o la merma de los ingresos familiares durante el tiempo que ha durado tu tratamiento. Pero aún así hay alternativas atractivas para ti que las conocen bien las asociaciones de pacientes oncológicos. Por ejemplo, en Extremadura conocí el “Proyecto Mariposa”, que a partir de la Asociación Oncológica Extremeña (AOEx), pone a disposición del paciente oncológico diferentes casas y alojamientos rurales dispuestos en lugares maravillosos de la geografía extremeña. Consulta en las diferentes asociaciones de pacientes próximas a tu área geográfica porque es muy posible que existan proyectos similares y alternativas muy válidas para este periodo de descanso que, no olvides, es tan necesario para ti.
Otras posibilidades sencillas y acomodadas a tus circunstancias personales, familiares o económicas son, por ejemplo, los paseos por tu ciudad, visitando lugares para los que decías que nunca tenías tiempo. También puedes hacerte socio/a de clubes o asociaciones lúdicas de tu barrio, de tu comunidad como, por ejemplo, un club de lectura, un club de jubilados si estás en esa edad. He conocido algunos pacientes que se ha iniciado en el baile o en el aprendizaje de algún instrumento musical a una avanzada edad. Sin embargo, ellos describen haber sentido unas pequeñas vacaciones para toda su vida, aún teniendo que incorporarse de nuevo a su trabajo si fuera el caso.
También en tu propia casa puedes probar a hacerte un pequeño huerto urbano. Cuidar plantas, además de proporcionarnos un medio de alimentación muy saludable, nos ayuda a mejorar la concentración, la relajación y por supuesto a mantener el contacto con la naturaleza. Si te interesa busca en Internet los huertos urbanos y su diseño. No necesitas saber tener conocimientos previos y en Internet aparecen muchos tutoriales para que hasta yo, que nunca en mi vida cultivé nada, me haya alimentado con mi albahaca, menta y berenjena, aunque fallé con el perejil. 😅
Y recuerda…
Este post pretende simplemente hacer un breve repaso a las posibilidades que existen cuando decides viajar después de hacer un tratamiento de radioterapia. Mis palabras no sustituyen a la orientación de tu equipo médico, puesto que es quien mejor conoce tu situación particular, tus condiciones clínicas en el momento, y las recomendaciones específicas en tu caso.
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