Hola a todos, me llamo Jaime. Soy hijo de José Luis González (Pepe para los amigos), enfermo de cáncer de esófago y fallecido desgraciadamente el pasado 26 de julio de 2018. Mi padre no sabía lo que era un oncólogo hasta que descubrió la enfermedad en el mes de noviembre, ahora hace un año y poco antes de cruzarnos con María José. Los doctores que tuvo previa a ella no supieron explicar lo que tenía y dónde lo tenía, hasta que María José con su gran calidad y calidez humana le explicó que tenía y dónde lo tenía. Y lo más importante, cómo debe enfrentarse a ese tipo de cáncer. Más tarde, la cara científica de María José nos orientó en que debíamos hacer y nos facilitó el paso hacía el tratamiento correcto, que superó en sus dos fases previas, químio y radioterapía. Una vez desaparecido el tumor tuvo que operarse para limpiar la zona y fue en el postoperatorio dónde se enfrentó a su destino. Las consecuencias las sufrimos hoy en día sus familiares y amigos, pero lo importante es que llegó a ese momento sereno, valiente y optimista. Todo gracias a personas como María José que supieron entrar en su vida, informando, aconsejando y ayudando. Nos sentimos muy orgullosos de como afrontó su cáncer y por eso su epitafio reza: «Tuviste fuerza, no te rendiste. Siempre con nosotros».