«Acabo de descubrir todo este universo que tienes en la web y estoy maravillada»
Hola Maria José: soy tu paciente María José Lop. Acabo de descubrir todo este universo que tienes en la web y estoy maravillada. Lo podía haber visto antes, pero nunca es tarde, porque hay consejos estupendos y aún no he escuchado todo. Me parece increíble que dediques tanto tiempo extra a grabar esos audios, tan cuidados, a buscar tus poemas o frases motivadoras. Me emociona de verdad que tengas esa entrega por cada uno de nosotros. Confirma la impresión que saqué de ti en la consulta.
Solo te escribía para eso, para darte las gracias y para decirte que a partir de ahora te seguiré en la web. Será una forma de no perder el contacto.
Un fuerte abrazo.
María José Lop
«…después de escuchar la entrevista al Doctor Couñago me siento mucho más feliz»
Estoy diagnosticado de cáncer de próstata. Esta semana ha sido mi primera de las cuatro que recibiré tratamiento de radioterapia. Tengo la gran suerte de haber sido diagnosticado por el equipo del doctor Cambronero, ahora tengo la gran suerte de estar en tratamiento con el equipo del doctor Couñago. Acabo de escuchar la entrevista al doctor Couñago del día 1-12-2018, la verdad, estaba tranquilo, pero después de escuchar sus palabras, me siento mucho más feliz. Sería conveniente que todos los pacientes diagnosticados de esta enfermedad la escucharan. Gracias por haberme dado la oportunidad de escuchar esta entrevista.
«Por medio de Oncologia Cuéntame podemos aprender mucho todos»
Soy Paula Fernández. He pasado ahora mismo por un cáncer de mama. Ya terminé la quimioterapia y la radioterapia. Me fue aplicada en la Clínica Quirón de Zaragoza.
Allí entre mis compañeros iniciamos una muy buena relación y le gustó como llevo los pañuelos. Así que la doctora María José, que es una persona muy amable y de una excelente calidad humana, me propuso crear un vídeo para que más chicas lo pudieran ver y hacerlo de manera fácil como lo hago, pudiéndose sentirse guapas y sobretodo cómodas.
Por medio de esta maravilla de página, Oncología Cuéntame, podemos aprender mucho todos. Un abrazo, fuerza, y sobretodo ánimo y buena actitud.
«De ella destacaría su tenacidad, su entrega total sin horas ni días a sus pacientes
María José es compañera y amiga desde nuestros años de Facultad. Hemos compartido horas de risas, de estudio en la biblioteca, de agobios para sacar adelante nuestra carrera, de pasarnos apuntes, y de ir madurando poco a poco. De ella destacaría su tenacidad, su entrega total sin horas ni días a sus pacientes, su puesta constante al día en los avances científicos para dar la mayor calidad a sus pacientes, y con ello, toda su calidez. Es una persona integra donde las haya, que en este mundo es ya muy difícil encontrar, sincera, y si mi permitís, acojedora. A nivel profesional he de decir que lo más importante que tiene María José es su ética y su manera de transmitir sus amplios conocimientos. Para mí, la mejor profesional en su campo.
«De ella destacaría su pasión por su profesión y la inmensa calidad humana»
«María José no solo es una brillante oncóloga radioterápica, sino también una magnifica persona. De ella destacaría su pasión por su profesión y la inmensa calidad humana que la conviertan en una persona excepcional».
«Allí estaba ella, María José García Guerrero. Me preguntó, me consoló, me habló»
Finales de octubre de 2016, acaban de hacerle a Juan, mi marido, un t.a.c y nos dieron el resultado: gliobastoma multiforme en la zona frontal del cerebro, grande. Estaba con nosotros un primo que es médico. Nos tomábamos un café. Juan lo oyó con toda tranquilidad, yo creí morirme pero aguanté el tipo delante de él un rato. Con la excusa de ir al baño me fui a un rincón a romper a llorar. Allí estaba ella, María José García Guerrero. Me preguntó, me consoló, me habló. Yo no la conocía, ni siquiera me fijé en su cara pero le pregunté su nombre y supe también que era radioterapeuta. En esos instantes no me sentí sola con mi dolor.
Mi marido murió en mayo. Pasó el tiempo y siempre quise localizar a esa mujer para darle las gracias. Yo arrastraba hacia años una profunda depresión que se agudizó con la muerte de Juan. En septiembre del 2018 fui capaz de encontrar a María José a través de Internet. La llamé por teléfono y mi sorpresa fue que recordaba aquel momento. No sólo me consoló en aquel momento si no que ahora también me ayudó con sus palabras. Me habló de proyectos y de su amor por su profesión.
Estamos en ese punto y desde aquí le reitero las gracias y la animo a que sus sueños se vean cumplidos.
«María José nos orientó en que debíamos hacer y nos facilitó el paso hacía el tratamiento correcto»
Hola a todos, me llamo Jaime. Soy hijo de José Luis González (Pepe para los amigos), enfermo de cáncer de esófago y fallecido desgraciadamente el pasado 26 de julio de 2018. Mi padre no sabía lo que era un oncólogo hasta que descubrió la enfermedad en el mes de noviembre, ahora hace un año y poco antes de cruzarnos con María José. Los doctores que tuvo previa a ella no supieron explicar lo que tenía y dónde lo tenía, hasta que María José con su gran calidad y calidez humana le explicó que tenía y dónde lo tenía. Y lo más importante, cómo debe enfrentarse a ese tipo de cáncer. Más tarde, la cara científica de María José nos orientó en que debíamos hacer y nos facilitó el paso hacía el tratamiento correcto, que superó en sus dos fases previas, químio y radioterapía. Una vez desaparecido el tumor tuvo que operarse para limpiar la zona y fue en el postoperatorio dónde se enfrentó a su destino. Las consecuencias las sufrimos hoy en día sus familiares y amigos, pero lo importante es que llegó a ese momento sereno, valiente y optimista. Todo gracias a personas como María José que supieron entrar en su vida, informando, aconsejando y ayudando. Nos sentimos muy orgullosos de como afrontó su cáncer y por eso su epitafio reza: «Tuviste fuerza, no te rendiste. Siempre con nosotros».
«Comprometida con la salud y el bienestar personal de sus pacientes»
He tenido la suerte de trabajar con María José estrechamente durante cinco años. Puedo decir que es una médico altamente comprometida con la salud y el bienestar personal de sus pacientes. Tiene unas extraordinarias habilidades de comunicación, siendo capaz de transmitir toda la información que los pacientes necesitan conocer de su proceso y de su tratamiento. Si alguna vez me tocara padecer un cáncer, me gustaría poder ponerme en sus manos»
«Ahí estuvo ella para enseñarme a vivir de nuevo»
Soy Mª Victoria, tengo 50 años y vivo al norte de la provincia de Extremadura.
Hace tres años, un día tal como hoy, permanecía aislada en una habitación de la Clínica San Francisco de Cáceres porque las defensas me habían bajado tanto que temíamos lo peor, interrumpir el tratamiento de quimioterapia. Cinco meses atrás, allí mismo, fui intervenida dos veces consecutivas, una para extirpar un tumor cancerígeno en una mama y posteriormente otra, por afectación en la cadena de ganglios.
Siempre digo que el día que te dan la noticia se desmonta ante ti un puzzle en pedazos y la negación no ayuda, por lo que antes de abandonar el hospital, puse la primera pieza: la aceptación. En ese punto, tenía que cambiar la preocupación por ocupación y ponernos manos a la obra, empezando por confiar plenamente en el equipo médico que me iba a tratar, sin duda, el mejor, tanto a nivel profesional como por su calidad humana.
El proceso? Duro, muy duro, pero ¿quién dijo que lo que merece la pena sea gratis? Tenía claro que estaba dispuesta a pagar ese precio, tenía algo muy importante por lo que luchar, quería VIVIR!!
“Un año malo”, como mensaje de aliento en la consulta del radiólogo, escuchamos decir mi marido y yo , que cogidos de la mano, sabíamos que teníamos ante nosotros una serie de muros que saltar . Año de quirófano, analíticas, quimioterapia, radioterapia….y un buen día te das cuenta que pasó. Entonces, el oncólogo satisfecho por la buena noticia, nos despide “hasta dentro de tres meses” y yo me hecho a temblar: ¿Cómo?¿No puede ser un poco antes? ¿Un mes, tal vez? ¿Quién me va a resolver ahora las dudas? …
Soy muy afortunada. Me operaron las mejores manos, me ajustaron el tratamiento los mejores oncólogos, me alentaron con una dulzura exquisita los mejores profesionales, conté con un hombro en el que apoyarme y el abrigo de la familia, el abrazo sincero del amigo, y, en nuestra casa, los motores de mi vida, me recordaban cada mañana dónde estaba la meta.
A día de hoy, camino serena. Cuando miro las cicatrices, no puedo evitar pensar en mi Hada, la Doctora María José García. En su consulta pusimos punto y final al tratamiento de radioterapia, pero aún había ciertas cicatrices que tardarían en cerrar, y éstas eran las emocionales, las que no se ven y escuecen tanto porque el cáncer nos obliga a jugar en otra liga y ahí estuvo ella para enseñarme a vivir de nuevo. Agradezco infinito el buen hacer de todo el equipo médico que durante la enfermedad, me llevó con mano firme y cálida y estaré eternamente en deuda con la Doctora García por la dedicación de su tiempo y sus sabios consejos. Gracias por estar a nuestro lado