¿Puedo tener una mascota si tengo cáncer? ¿Es seguro tener mi mascota cerca cuando tengo cáncer? ¿Que tengo que saber si estoy recibiendo un tratamiento contra el cáncer y tengo una mascota? ¿Que riesgos supone mi mascota para mi salud si tengo cáncer?
En este podcast resuelvo estas y otras cuestiones sobre las mascotas y el cáncer.
Empezamos.
Si estás recibiendo un tratamiento contra el cáncer, la compañía de tu mascota puede ser más importante que nunca.



Cuando miro a mi perro, me pregunto que sería de mí si no pudiera disfrutar de su compañía, de sus travesuras, o dejase de oír sus pezuñas en casa. Alguna vez quizás oigas en nuestros podcast sus apacibles ronquidos, típicos de su raza, un bulldog francés.
El respeto por la naturaleza y el cuidado de los animales, es algo que yo aprendí desde niña, y quienes tenemos animales en casa, sabemos que no son niños pequeños, pero sí son para nosotros «un ser querido».
¿Todas las mascotas suponen los mismos riesgos durante el tratamiento contra el cáncer?
El primer animal que yo tuve a mi cargo se llamaba Kiko y era un pato ¡¡ Por eso me parece importante comenzar diciéndote que no todas las mascotas suponen los mismos riesgos mientras dure tu tratamiento.
Es muy importante que informes a tu equipo médico de tu convivencia con tu mascota.
Explícale qué animal es, qué edad tiene, y por supuesto, si tiene alguna enfermedad o problema de comportamiento.
También es importante que avises a su veterinario de la situación que vives en ese momento, para que pueda darte las recomendaciones específicas a seguir.
Riesgos de las mascotas en el tratamiento contra del cáncer
Como ya habrás deducido, los riesgos que suponen los animales cerca de ti mientras realizas un tratamiento oncológico, se derivan de la transmisión de bacterias o virus.
Probablemente estos virus en condiciones normales no supondrían un riesgo para ti, pero dado el desgate de tu sistema inmunológico y tus defensas con estos tratamientos, podrían ser peligrosos.
Sin embargo, no todos los tratamientos provocan el mismo desgaste de tus defensas, y no todas las enfermedades oncológicas son igual de agresivas.
Por eso es fundamental, como siempre, no crear alarmas innecesarias, al mismo tiempo que se toman las medidas adecuadas para hacer posible la convivencia con tu mascota.
En general, no comporta el mismo riesgo que adquieras la mascota en este momento, a que el animal ya conviva contigo desde hace algún tiempo.
Tampoco es lo mismo si el animal tiene menos de un año de edad o ya es una mascota adulta. Y por supuesto, tampoco tiene el mismo riesgo para ti en edad adulta que para un niño que realiza ahora un tratamiento oncológico.
Entonces, vamos por partes.
Como te decía, es muy importante que informes a tu equipo médico ya que, una vez más, las particularidades de tu caso concreto pueden tener mucha relevancia. Por eso mis palabras están siempre sujetas a esta condición.
Vacunas
Si ya convives con tu mascota hace tiempo, es especialmente importante que sus vacunas estén al día.
Y si toca vacunarle ahora, es muy importante que le expliques tu situación al veterinario para que te pueda indicar si hay algún riesgo para ti con esa vacunación y como tienes que proceder.
Si vives solo, puede ser que en algún momento de tu tratamiento necesites asistencia e incluso tengas que ser ingresado en el hospital unos días. Por eso es muy importante que dejes a tu mascota a cargo de alguien que la atienda con instrucciones precisas sobre su alimentación, medicación si fuera el caso, hábitos de higiene y el contacto con tu veterinario de confianza para cualquier imprevisto.
Higiene
Si vives en familia, en este momento es conveniente delegar en otra persona las funciones de limpieza, por ejemplo de la caja de arena de tu gato. O durante el paseo con tu perro, que sea otra persona la que recoja los excrementos del animal. Si te viera obligado a hacerlo tú puntualmente, hazlo con guantes y no los toques al quitártelos.
Cachorros
Te decía antes que no es lo mismo convivir con un animal adulto que con un cachorro.
Hay más riesgo de infecciones para ti si se trata de un cachorro. Habitualmente a los cachorros les gusta jugar y lo hace con la boca, con pequeñas mordeduras. Los gatos tienen unos dientes más finos por lo que estas pequeñas mordeduras del juego, suelen ser más profundas. Por eso, debes evitar estos juegos de mordidas y arañazos.
En el caso de que accidentalmente ocurriera una mordedura más profunda, debes acudir al hospital porque puede ser necesaria una cobertura antibiótica inmediatamente.
Lamidos de cariño
Por más que nos gusten sus lamidos de cariño, es muy importante que los evites, ya que la saliva puede transmitir gérmenes agresivos para ti en este momento.
Pero no por todo esto, debes renunciar a tu mascota irremediablemente. Puedes tener contacto puntualmente con ella y después lavarte bien las manos.
Limpieza y contacto con animales
Hasta aquí hemos visualizado las mascotas más comunes: perros y gatos. Pero todas las medidas de seguridad se aplican también a la limpieza de peceras, acuarios y jaulas. Para mí, cuando era niña, la tarea diaria de limpieza del espacio de Kiko, mi pato, era tan sagrada como disfrutar de su compañía: guantes, lejía y cepillos exclusivos eran lo mínimo indispensable.
También es importante que evites el contacto de tu mascota con otros animales en la calle.
Si es un perro, tendrás que sacarle a pasear, pero evita los parques para perros y las tiendas de animales. Si es necesario y es tu costumbre, llévale a cortar el pelo antes de comenzar tu tratamiento para disminuir al máximo el riesgo de que contraiga cualquier enfermedad al contactar con otros animales de los que desconoces su estado de salud.
Si es un gato, mantenlo en casa para evitar que cace pájaros o ratones y contraiga la toxoplasmosis.
Mascotas que no deberán estar cerca de ti si tienes cáncer
De un tiempo a esta parte, se ha puesto de moda tener otro tipo de animales y animales exóticos como mascotas.
Las tortugas y las iguanas, por ejemplo, son portadoras comunes de salmonela y no es necesario el contacto directo con ellas para contagiarte. Basta el contacto con cualquier objeto o superficie donde haya estado el animal, para que quedas expuesto a ella peligrosamente. Por eso, este tipo de mascotas, no deben estar cerca de ti en este momento.
Y por el mismo motivo, ni gallinas ni patos recién nacidos, e incluso en edad adulta, deben entrar en contacto contigo si estás recibiendo un tratamiento contra el cáncer (si te acuerdas de mi pato Kiko te acordarás de la salmonela)
Niños con cáncer y mascotas
Si es tu hijo quien recibe un tratamiento oncológico, y hay mascotas en la casa, todo dependerá de si el niño es capaz de seguir las recomendaciones anteriores.
Si es demasiado pequeño para ello, lo más recomendable es que alguien se haga cargo de tu mascota, y así evitar que el niño tenga contacto con ella durante su tratamiento.
Pero por favor, asegurate de que tu mascota queda en buenas manos, y aunque es comprensible que te sientas abrumado por la situación, hay muchas alternativas, y nada justifica el abandono del animal.
Los caballos y el cáncer
Mención especial me merece un animal noble y poderoso: el caballo.
El caballo, también es un animal sensible y huidizo que se puede convertir en un colaborador muy potente para muchos tipos de rehabilitación, física y emocional.
El caballo no es un mascota, es mucho más que eso: acepta sin juicios, no es ambiguo y a pesar de su corpulencia es muy sensible. Canalizan emociones como nadie y son capaces de interpretar el lenguaje no verbal de forma asombrosa.
Por eso los caballos nos piden una actitud serena, respetuosa y amable ante ellos, lo que sin duda y en conjunto, nos ayudará a desarrollar la empatía y otras muchas habilidades que han podido adormecerse, o que ni siquiera conocíamos de nosotros mismos, en este periodo difícil que la vida nos ha puesto delante.
Así que si ha acabado tu tratamiento, y tu condición física te lo permite, te sugiero que si te gustan los animales, te informes sobre la terapia asistida por caballos. No hace falta que sepas montar a caballo, hay muchas formas de relacionarse con ellos guiados por expertos y sus cuidadores.
Los miedos y las emociones negativas no deben quedarse dentro de ti. Y ellos son un vehículo fantástico para ayudarte a superar este momento, tanto si has sido tú el paciente, como si has tenido que asistir a un familiar con cáncer durante un tiempo. ¿Recuerdas que ya hemos hablado de tus vacaciones? Pues este puede ser un buen destino.
Y así me despido hoy
Creo que me resultaría muy difícil dejarte con una sola frase o cita que hable de los animales y del respeto a la naturaleza. Son tantas y tan verdades, que sería insolente por mi parte escoger tan solo una.
Así que permíteme que me despida hoy haciendo un pequeño homenaje a todos los peludos y plumajes que han pasado por mi vida, aunque ya no estén en este mundo.
Allá dónde estén, sé que me recordarán felices como yo les recuerdo a ellos: Bartolo, Patiñas, mi querida Dana (cuanto la echo de menos), Toby, Maya y, por supuesto, mi pato Kiko, mi compañero de juegos en un tiempo en el que fui hija única. Él me enseñó a ser responsable, el valor de la generosidad y la honestidad y cómo evitar los conflictos que él mismo evitaba en la calle y cómo cruzar los semáforos solamente en verde.
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