Hoy vamos a hacer un repaso de los cuidados generales de la piel antes, durante y después de la radioterapia.
Nos vamos a referir solamente a la radioterapia externa, es decir, aquella en la que entras en una máquina para tratarte. Entenderemos mejor porqué ocurren los efectos sobre la piel, cuándo y cómo.
Conoceremos la sintomatología propia de este proceso y así distinguiremos perfectamente que se trata de algo relacionado con el tratamiento, y por tanto, pasajero. También profundizaremos en otros tratamientos de quimioterapia que se realizan a la vez que la radioterapia y que también repercuten en tu piel.
Son muchos los mitos que existen respecto a la radioterapia. Frases como: «me voy a quemar», «luego no me podrán reconstruir», «me han dicho que me tengo que dar protector solar», «conozco a una señora que tenía la piel en carne viva»…son muy habituales en la consulta de radioterapia. Esto provoca miedo y ansiedad, y entonces, es posible que los cuidados de la piel se conviertan en una preocupación añadida a tu tratamiento.
- Os recuerdo que disponéis de un audio en el que explico qué es la radioterapia y que hace un oncólogo radioterápico.
Cuando hablamos de efectos secundarios de un tratamiento, generalmente usamos la palabra toxicidad para referirnos a ellos. No es que sea inapropiada, al contrario, pero a mi no me gusta repetirla demasiado, porque la palabra en sí misma ya provoca un rechazo que quizá no siempre está justificado. Por ejemplo, si te dijeran que una aspirina o un antiinflamatorio son tóxicos para el estómago, te parecería seguramente una exageración, porque lo es. Más bien, es su uso indiscriminado y el abuso, los que estarán asociados a un efecto tóxico grave, pero no su acción indicada y controlada. Además, el desarrollo tecnológico de nuestra especialidad se ha centrado en evitar al máximo los efectos no deseados de la radiación, manteniendo e incluso mejorando, su eficacia.
Por ello, hoy en día, la llamada toxicidad cutánea aguda, que es frecuente durante la radioterapia externa, en la mayoría de los casos es de intensidad leve y reversible al terminar el tratamiento. Para conseguir este objetivo, es muy importante realizar unos autocuidados que seguro, tu oncólogo radioterápico te especificará en tu primera consulta. Y aquí también me gustaría destacar el papel fundamental de nuestros compañeros de enfermería, a lo que a veces tienes mejor acceso durante el tratamiento, y que están perfectamente capacitados para acompañarte y sugerirte las modificaciones necesarias.
No todas las zonas irradiadas exponen la piel a la radiación. Así son áreas de especial atención en este ámbito la irradiación de la zona de cabeza y cuello, la mama y la zona perineal. En la zona perineal, nos estamos refiriendo a los genitales externos, al canal anal, y a algunos tumores ginecológicos, pero no por ejemplo, al carcinoma de próstata tratado con radioterapia externa.
En general, y para hablar en un idioma comprensible para todos sin tecnicismos, los órganos profundos como es el caso de la próstata, son irradiados con lo que llamamos energías altas. Esto significa, que la radiación choca en la diana, en este caso la próstata, sin dejar radiación por el camino, es decir al atravesar la piel. No es el caso de la mama o de la zona de cabeza y cuello que son zonas donde la diana de la radiación es mucho más superficial. Como ya me vas conociendo y sabes que me gustan las metáforas para hacerme entender, esta diferencia la visualizarás muy bien si piensas en un misil como la alta energía, y lo comparas con un perdigón. Concluimos entonces, que no toda la radiación se deposita en la piel. Tan sólo una mínima parte de la que llega en profundidad, y cuanto mayor sea esta profundidad, menos radiación recibirá la piel.
Efectos agudos de la radioterapia sobre la piel
Vamos a enumerar dos principales: la dermatitis aguda y el prurito o picor.
Dermatitis o Radiodermitis
La dermatitis o también llamada radiodermitis es una respuesta inflamatoria de la piel a la irradiación. Sus manifestaciones son el eritema, la descamación, la ulceración y la necrosis, yendo del menor grado de agresión al más grave y ya infrecuente en nuestros días.
Los síntomas más habituales que puedes sentir son el prurito y el escozor de la zona afectada.
Hay algunos factores que influyen directamente en el riesgo de dermatitis, como son la desnutrición y la deshidratación en casos de edad avanzada, diabetes, la irradiación de zonas de pliegues como por ejemplo, debajo de la mama, la axila o las ingles, la exposición solar crónica previa, o determinados tratamientos de quimioterapia realizados concomitantemente con la radioterapia, como veremos más adelante.
El eritema es la manifestación más frecuente y ocurre por una vasodilatación de los pequeños vasos de la dermis como respuesta inflamatoria a la irradiación a los 7-10 días. En la segunda fase, a los 15-20 días de iniciar el tratamiento, y como consecuencia de las células muertas de la piel, hay una reacción inflamatoria más visible y se intensifica según avanza el tratamiento, aunque en la mayor parte de los casos, es posible que ya estés próximo a concluirlo.
Cuidados generales de la piel antes de la radioterapia
Hidratación y nutrición
La hidratación y la nutrición adecuada son indispensables. En este momento, ya puedes haber llegado a la conclusión de que la dermatitis de estas zonas que hemos comentado, es inevitable, pues tiene que ver directamente con el tipo de irradiación y las dosis que se deben administrar. Por ello te he especificado los días concretos aunque aproximados, en los que es previsible que ocurra. Sin embargo una alimentación adecuada y la ingesta de líquidos en cantidad suficiente pueden contribuir positivamente, de modo que la severidad de esta reacción sea moderada y de pronta recuperación al terminar la radioterapia.
- Si queréis más información sobre alimentación y cáncer, os recomendamos la entrevista sobre nutrición y cáncer a Violeta Floriano, diplomada en nutrición humana y dietética.
Otros cuidados para nuestra piel antes de la radioterapia serán:
- El cuidado de las cicatrices con aceite de rosa mosqueta.
- Las curas recomendadas para las heridas quirúrgicas, porque deben estar cicatrizadas antes de comenzar el tratamiento de radioterapia.
- El cuidado de una traqueostomía en caso de cirugía de cabeza y cuello, manteniendo la zona limpia con agua y jabón neutro y evitando el yodo, agua oxigenada o alcohol.
Cuidados de la piel durante la radioterapia
Aquí tu médico y el equipo de enfermería te habrán orientado dando las instrucciones claras a partir de esa primera consulta. El autocuidado de la piel durante el tratamiento es algo relativamente simple, pero con unas pautas muy concretas que por simples que parezcan, no debes obviar:
- Es importante lavar la piel con agua tibia y jabones neutros o champús suaves.
- El área irradiada debe mantenerse seca, por lo que tras la ducha aplicarás la toalla a toquecitos suaves y sin frotar, o el secador del pelo a una distancia prudente.
- En cuanto a las lociones hidratantes, pueden retrasar la aparición de la dermatitis pero no evitarla, como ya hemos visto. Además te aliviarán en caso de escozor o de ardor. Hay innumerables productos en el mercado elaborados por la industria farmacéutica y cosmética, pero no existen claras diferencias entre ellos en cuanto a su acción hidratante. Por lo que mi sugerencia es que utilices aquel que te recomienda tu oncólogo radioterápico, ya que será aquel del que mejor conoce su acción y además probablemente, te ofrecerá varias opciones con composiciones muy parecidas a base de avena, urea, ácido láctico, aloe vera o ácido hialurónico entre otros.
- No utilices cremas aconsejadas por otros pacientes, ya que puede haber diferencias significativas en cuanto al área a irradiar o al tipo de irradiación. En el caso de que decidas seguir el consejo de algún familiar, vecino o amigo, pregunta a tu médico o al equipo de enfermería si podría haber algún inconveniente antes de usarlo.
- Puedes ir a la piscina o nadar en el mar si no hay heridas en la piel, siempre que después mantengas la zona seca, y al final, tomes una ducha y apliques tu loción hidratante.
- Muy importante, evitar la exposición solar y proteger la zona irradiada con ropa o sombrero. Y ojo¡¡¡, no apliques protector solar en la zona irradiada, ya que en su composición hay algunos agentes capaces de atraer la radiación a la superficie y por tanto sobredosificar la piel por paradójico que parezca. O dicho de otro modo: el protector solar es para el sol, no para la radioterapia.
- Evita el uso de compresas, bolsas de agua caliente o cojines y mantas eléctricas.
- Y si aparece picor en la piel irradiada, consulta con tu médico o equipo de enfermería para que puedan indicarte un tratamiento adecuado, ya que es muy importante evitar el rascado.
Cuidados de la piel después de la radioterapia
Al finalizar el tratamiento, en el momento o próximo al alta, tu médico te indicará los cuidados propios después de la radioterapia, que serán diferentes según el volumen que haya sido irradiado, la dosis recibida, y tus condiciones clínicas particulares. En general, hay dos aspectos generales que no debes olvidar: es necesario evitar la exposición solar directa de la zona irradiada y como todo el mundo, exponerse en las horas de máxima radiación UV, y muy importante, mantener tu hidratación general.
Además:
Es importante que conozcas que hay determinados fármacos, generalmente prescritos por nuestros compañeros de oncología médica, llamados Inhibidores de EGFR que también tienen repercusión en tu piel y que tienen una toxicidad cutánea por sí mismos. Curiosamente, se ha observado un retraso en la aparición de los efectos adversos asociados a estos agentes cuando se realizan conjuntamente con radioterapia, pero también está descrita una mayor duración de la radiodermitis al terminar la radioterapia. El tratamiento de estos efectos, tanto derivados de los agentes químicos, como de la irradiación con ellos, requiere de la intervención directa de tus especialistas médicos manejando la dosificación de estos agentes o llegando a interrumpir la radioterapia si fuera necesario hasta obtener una mejoría. Por ello es importante que en el caso de que vayas a realizar un tratamiento concomitante, y ante la duda, preguntes a cualquiera de tus dos oncólogos, médico o radioterápico, acerca de ello, para estar prevenido y consultarles los síntomas que requieran su intervención inmediata.
La alopecia es un efecto secundario tardío de la irradiación, pero es diferente a la alopecia provocada por la quimioterapia. Es decir, ocurre en la zona irradiada. En este caso se puede recuperar el vello, la barba o el cabello, pero puede tardar hasta un año y a partir de una dosis de irradiación, en un alto porcentaje, esa alopecia localizada puede ser definitiva.
Y finalmente, me gustaría llamarte la atención sobre el fenómeno conocido como Recuerdo de la Irradiación o Recall Dermatits=Rellamada. También es una reacción cutánea tardía, que se localiza en el campo previo de irradiación, y es parecida a la dermatitis aguda inducida por la radiación. Es una reacción de hipersensibilidad inducida por fármacos, algunos de ellos agentes de quimioterapia, administrados semanas, meses o años después de la radioterapia. También, puede ser debida a agentes externos como radiación ultravioleta. Una vez más: cuidado con el sol ¡¡¡ Su tratamiento requiere prescripción específica, y por tanto, es importante que la conozcas para evitarla o actuar lo antes posible.
Y así me despido por hoy, esperando que esta orientación haya sido útil para ti y recordándote que mis palabras no sustituyen en ningún caso, la consultar con tu médico y seguir sus recomendaciones específicas.
Y recuerda…
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