Hoy hablaremos sobre alimentación y cáncer porque es importante eliminar mitos y bulos sobre la alimentación para enfermos de cáncer.
Por eso daremos respuesta a cuestiones como: soja y cáncer de mama, ¿son compatibles?, ¿existe una alimentación anticancer?, ¿existe una dieta que cura el cáncer?, ¿qué son los superalimentos?, ¿qué es la dieta alcalina?, o ¿el azúcar provoca cáncer?.
Para ello, contamos con Violeta Floriano, diplomada en nutrición humana y dietética por la Universidad de Navarra y Licenciada en Ciencia y Tecnología de los alimentos por la Universidad de Extremadura.
En esta entrevista, Violeta Floriano responderá a diferentes cuestiones relacionadas con la alimentación, y además profundizará en temas como el consumo de soja, los estrógenos, la menopausia y su relación con el cáncer de mama.
Tomar conciencia de lo importante que es comer bien y además hacerlo fácil, sencillo y de forma adaptada a nuestro ritmo de vida, nos ayudará a todos, y especialmente a tí si en este momento estás haciendo un tratamiento para el cáncer.
¿Existe una «alimentación anticáncer» o una dieta para curar el cáncer?
Una alimentación saludable nos puede ayudar a prevenir el cáncer, pero hay que tener en cuenta que prevenir no es lo mismo que curar. Por lo que una vez que aparece el cáncer no hay ninguna dieta que consiga curar el cáncer. Una alimentación adaptada puede hacer que el tratamiento sea más efectivo e incluso puede llegar a reducir los efectos negativos de la quimioterapia y la radioterapia. La dieta, el ejercicio físico y evitar el tabaquismo desempeñan un papel muy importante en la prevención de esta enfermedad. Por tanto es fundamental hacer de nuestra dieta un hábito saludable, porque si hay un punto en el que se unen la medicina preventiva y la medicina curativa, es en la nutrición.
Mitos y bulos en las dietas sobre el cáncer
Los superalimentos y sus beneficios en el cáncer
No existe ninguna base científica que demuestre que un alimento por sí mismo cure ninguna enfermedad. Sin embargo, una dieta equilibrada basada en frutas, verduras, y legumbres, con cereales integrales (arroz integral, pasta integral, etc…) ayuda a prevenir enfermedades. Esto, no debe confundirse con que haya dietas que curen o eliminen el cáncer. En conclusión, no hay que fijarse en alimentos aisladamente, sino en tener una alimentación equilibrada, adaptada a cada persona y a sus condiciones particulares.
La dieta alcalina y el cáncer
Según los defensores de la dieta alcalina las enfermedades se desarrollan en un medio ácido y, por tanto, si mantenemos nuestro cuerpo en un estado de acidez estamos en riesgo para padecer enfermedades, entre ellas, el cáncer. No obstante, debes saber que nuestro pH sanguíneo es estable, es decir, nuestro organismo se encarga de compensar los estados de acidez si fuera el caso y por tanto, que los alimentos ingeridos sean alcalinos, no es ninguna garantía en sí misma para prevenir el cáncer y mucho menos para curar el cáncer. Si te apetece, come alimentos alcalinos muy saludables como la patata, las hortalizas verdes o la zanahoria, y deja el pH para tu organismo.
El azúcar provoca cáncer
Hay que aclarar que todas las células del cuerpo se alimentan de glucosa; pero el azúcar libre, que lo podemos encontrar en bebidas azucaradas, en productos ultraprocesados y otros alimentos poco saludables cuyo consumo en España es muy elevado, no es saludable. Este «azúcar malo» es el que se relaciona con la obesidad, con el sobrepeso y con un exceso de grasa corporal, lo cual sí tiene una relación directa con diferentes enfermedades, entre ellas el cáncer. No debemos incluir en este apartado a la fruta por ejemplo, porque el azúcar que proviene de la fruta es un «azúcar saludable». Hay que destacar que “el consumo de diario de 600 gr/día de frutas y verduras supone un menor riesgo para padecer cualquier tipo de cáncer”.
Alimentos para prevenir el cáncer
Cuando hablamos de prevenir, hay que dejar claro que el cáncer es una enfermedad multifactorial y que por tanto una adecuada nutrición es un factor más, en este caso, a sumar en positivo. Hay que incorporar hábitos de vida que «sumen» a nuestra salud y no que «resten». Por tanto, en líneas generales, se recomienda el aumento de consumo de frutas, hortalizas y legumbres, consumir cereales integrales, reducir el consumo de carne roja y carnes procesadas. Evitar las bebidas azucaradas y reducir el consumo de bebidas alcohólicas. Mantener un peso estable y acudir al dietista-nutricionista si lo necesitamos, es un buen principio, porque no se trata solo de cambiar hábitos, sino de aprender a comer bien, según nuestras necesidades, nuestro ritmo de vida, nuestros hábitos previos, nuestras necesidades familiares, y en el caso de estar haciendo algún tratamiento, nuestro momento particular.
La soja y el cáncer de mama
La soja pertenece al grupo de las legumbres. Es muy interesante a nivel nutricional porque aporta gran cantidad de calcio, proteínas, es un alimento rico en fibra, en hidratos de carbono complejos, y tiene grasas saludables de origen vegetal.
Por tanto, en pacientes que padecen o han padecido un cáncer de mama, su consumo no resulta preocupante, al igual que en el resto de la población.
El Instituto Americano para la Investigación del Cáncer afirma que la soja no genera un aumento de los niveles de estrógenos en los seres humanos.
Por el mismo principio, no existen estudios con base científica que avalen las propiedades beneficiosas para la paliación de los efectos de la menopausia como un alimento aislado.
No obstante, se puede incorporar a nuestra dieta si es de nuestro gusto, bien sea la soja como tal o los derivados de ella: bebidas de soja, tofu, etc.
Sin embargo, si has tenido cáncer de mama o estás en tratamiento, no es aconsejable el consumo de suplementos o extracto de soja, es decir, por ejemplo esas cápsulas donde el principio activo, en este caso la soja, está muy concentrada. No conocemos su repercusión para el caso que estamos hablando. En conclusión: alimento sí, suplemento no.
Y resumiendo nuestra charla con Violeta Floriano, la alimentación es una herramienta más para afrontar el cáncer y sus tratamientos.
Lee cuantos libros quieras, busca en internet, informate, pero contrasta la información con los profesionales antes de hacer dietas milagrosas por tu cuenta.
Recuerda que, una alimentación equilibrada basada en nuestra apreciada dieta mediterránea es fundamental, tanto en la prevención del cáncer como en el tratamiento.
Alimentarnos bien, y no complicarnos la vida con esto, es un aprendizaje que nos hará mantenerlo en el tiempo, y por tanto, convertirlo en un hábito muy saludable.
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